CUIDADO DE SCARPA

Primera regla: impermeabilización
La lluvia, la suciedad o el roce pueden dañar los zapatos de cualquier material. Para protegerlos de las manchas, es recomendable impermeabilizarlos con los productos apropiados disponibles en el mercado. Hay diferentes tipos (aerosoles, vaporizadores, botellas, grasas) para elegir según el material a tratar. Importante: antes de proceder con la impermeabilización, recuerde pasarlos con una crema hidratante.

Eliminar siempre la humedad
Los pies liberan la humedad que los zapatos absorben y acumulan con el tiempo, alterando su forma y reduciendo su duración. Para contrarrestar estas amenazas, es importante eliminar rápidamente la humedad en los zapatos, cambiándolos a diario (para que se sequen por completo), usando plantillas absorbentes y manteniéndolos en un lugar seco, rellenos con papel de periódico y lejos de fuentes de calor.

Nutre la piel con una crema.
Al igual que lo hace con su cuerpo, incluso la piel de sus zapatos necesita cremas que lo nutran y retrasen el proceso de envejecimiento. Luego elija una crema nutritiva de un color cercano al de sus zapatos (evite el neutro, que grises en la parte superior), extiéndalo periódicamente en la superficie con un paño y frótelo con cepillos suaves de cerdas naturales.

En cada cambio de estación, un tratamiento preventivo.
Para evitar sorpresas desagradables en el próximo regreso de la temporada, limpie la suela con un detergente suave, aplique la crema nutritiva y deje que se sequen en un lugar ventilado para eliminar todo rastro de humedad. Una vez que termine el tratamiento, extiéndalos con la ayuda de un zapatero o papel de periódico y guárdelos en un estante para zapatos seco alejado de fuentes de calor, preferiblemente en una bolsa de algodón o lana.